El mito de las autoregresiones

Bernardo Tahan Gomez

Existe un mito sobre las auto regresiones. Mejor dicho, existe un mito sobre la reencarnación. Solo la palabra da miedo. Y es lógico, debe ser así porque la reencarnación implica dolor. Hay sufrimiento proveniente de vidas anteriores, está oculto, grabado en nuestras almas. Las personas que no han podido ver sus vidas pasadas tienen un cúmulo de dolor impresionante. Son diversas vidas que generan miedo, dolor y rabia. No son buenos recuerdos, o al menos los buenos no son tan perceptibles. El dolor que todos tenemos de nuestras vidas pasadas genera ese rechazo al tema. Es como quitar una de esas bandas autoadhesivas de la piel, y vemos una pequeña cicatriz. Conozco personas que me dan cientos de argumentos y posiciones ideológicas para no acostarse en un diván o una cama, colocarse unos auriculares y hacerse una regresión en la tranquilidad de su casa. Hay mucho en juego. Hay cien alertas que vienen de todos los poros de tu piel para que no lo hagas. El motivo es que tú sabes. Tú, en el fondo de tu alma, SABES lo que has sufrido en esas vidas, aunque no estés consciente, aunque no puedas ver ninguna imagen de esos recuerdos. Es como ver, en tu imaginación, una película de terror donde tú eres el único protagonista, el único que sufre, o el único que causa daño a otras personas.

Todo esto estaría muy bien, si el dolor, la angustia, el miedo, la rabia por los recuerdos de vidas pasadas, desapareciera durante el día por el hecho de no verlas. Por no ver la película. Por no verte en el espejo profundo de tu alma. Ese es el problema. Que no ves las imágenes, pero las sensaciones permanecen iguales durante todo el día y la noche. De forma múltiple, descontroladas e inconscientes. Sigmund Freud tenía razón cuando decía que el inconsciente era como un inmenso iceberg, donde la parte consciente se veía pequeña en la superficie y la mayor parte se encontraba debajo, en el fondo del mar. Lo que quizás no puede entender el psicoanálisis es que ese iceberg es más grande que los recuerdos de estas vidas. Son los recuerdos de múltiples vidas que te agobian. Si no haces algo al respecto, te seguirán atormentando, fastidiando, hasta el día de tu muerte. Es así. Aunque no quieras creerlo, aunque pienses que la reencarnación no existe, aunque seas ateo. El dolor producido por la reencarnación es lo más democrático que existe. Afecta a todos: ricos, pobres, buenos, malos, religiosos, no creyentes. A todos. Los recuerdos de tus vidas pasadas son la causa fundamental de esa incomodidad permanente que sientes durante todo el día, de esos ataques de ansiedad, de esa inconformidad con todos y por cualquier cosa, de esa inseguridad frente a la vida, frente a la existencia. Yo, gracias a Dios, logré ver mis vidas pasadas desde 1996 hasta 1997, luego de hacerme una auto regresión diaria durante todo ese año. No me pasó nada. No sufrí. No tuve problemas de insomnio, ni ataques de pánico, absolutamente nada. Lo hice con el método del Dr. Brian Weiss. En mi libro te cuento cómo perfeccioné ese método para mí, para sacarle el mayor provecho, para poder obtener información de mis vidas pasadas incluso despierto, caminando, en mi día a día. Es una experiencia fantástica. A veces me desespero cuando veo a tanta gente sufriendo por dentro, con tanta rabia, en el metro, en las calles, en el trabajo. No son malas personas. Solo están sufriendo por ese cóctel doloroso y traumático de los recuerdos profundos e inconscientes de vidas pasadas.

La grandeza del Dr. Brian Weiss es que, siendo un médico, un psiquiatra con un cargo importante en un prestigioso hospital de los Estados Unidos, tuvo el coraje de contar lo que veía en su consultorio al hacer las regresiones hipnóticas a sus pacientes. Arriesgó mucho, porque fue el primero. Estamos hablando de hace unos 30 años. Seguramente le costó tomar la decisión, pero cambió la vida de muchas personas, entre ellas la mía. Es un grande, como dicen en Italia. 

Lo cierto del caso, la verdad pura y absoluta, es que recordar mis vidas anteriores, al menos desde el punto de vista de mi experiencia, de mis autoregresiones, no me causó dolor alguno. Me generó una curiosidad del tamaño del mundo. No podía hacer otra cosa, antes de acostarme que tratar de ver más y más de mis vidas. Eso es todo. No tuve ningún trauma, ningún bloqueo psicológico, problema o ataque de ansiedad. No me pasó absolutamente nada. Sé que esto molesta a mucha gente, porque quieren darle un toque de sagrado, misterioso (aunque lo es) y digno solo de unos privilegiados y exclusivos que pueden hablar sobre el tema. Te tengo una noticia: tú eres un experto en reencarnación, porque has reencarnado decenas de veces. Solo que no has visto la película de tu vida, pero la SIENTES, te duele, te molesta y te hace daño. Pero cargas con la película todos los días, aunque no quieras verla. Disculpen mi sinceridad, pero no sé explicarlo de otra forma. Un abrazo. BT