Quiero ver mis vidas pasadas, pero no puedo
Bernardo Tahan Gomez
Creo que de los artículos de mi blog que más despierta interés en las personas, es el de la dificultad de ver las vidas pasadas. Las personas desean verlas, tienen curiosidad, pero no es fácil. Al inicio no es fácil, pero esa dificultad no se mantiene estable durante todo el tiempo. La dificultad para ver tus vidas pasadas o procesos de reencarnación, va disminuyendo poco a poco, con el pasar de las semanas. Tienes que habituarte a este proceso, pero estoy seguro que puedes hacerlo. Si todavía no has empezado o no quieres hacerte una autoregresión, puedes ponerte en sintonía con esta idea con sencillos pasos previos, que te irán preparando o abriendo a esta meditación. Te doy sencillos tips que puedes aplicar en el día a día. Yo los he hecho y me han servido mucho, incluso después de ver mis vidas anteriores.
Por ejemplo, cuando estés en tu vehículo, apaga la radio. No escuches nada. Quédate en silencio. Si tienes que estar media hora, cincuenta minutos en el tráfico, prueba a apagar la radio y busca el silencio. Quédate con tus pensamientos. No trates de distraerte, ni de tomar el celular, sólo comparte el espacio contigo mismo. Deja que afloren todos esos pensamientos uno a uno. No juzgues, no te cuestiones. No opines. Deja que todo surja en tu mente, verás cuántas cosas te vendrán una tras otra. No tengas miedo de ello. Son tus sensaciones que tratan de aflorar, están escondidas en tu alma, y el cerebro, que no tiene idea de dónde provienen, trata de darles una explicación, un simbolismo. El cerebro, por decirlo de alguna manera, es un órgano infinitamente inferior a la capacidad y sabiduría del alma, que registra todo. El alma sabe y conoce, el cerebro trata de interpretar y darle una pobre explicación a todo.
Esto puedes hacerlo cada vez que estás solo, o incluso rodeado de personas. Si estás en el metro, o en un autobus, no veas el celular. Trata de estar lo más tranquilo posible, buscando el silencio interior, aunque estés rodeado de personas. No veas el celular durante el trayecto. Comienza a ablandar ese muro interno, entre nosotros y nuestra alma. Comienza a escucharla, a percibir lo que quiere decirte. Si estás en tu casa, haciendo un trabajo manual, no intelectual como limpiando o cocinando, hazlo sin poner música, sin tratar de subir el volúmen a la televisión. Hazlo en silencio pero percibiendo lo que trata tu mente de decirte. Obviamente esto no es una autoregresión, pero es como una preparación previa. Un habituarse a estar sólo con nosotros mismos. Si quieres correr, caminar, ir al gimnasio, esperar a ser atendido en la taquilla de un banco, trata de buscar el silencio dentro de tí. El silencio interno es la clave de todo. Cuando intentamos estar en silencio, podemos comenzar a escuchar lo que nuestra alma trata de decirnos.
Poco a poco, con el tiempo, verás que te resultará habitual el estar sólo contigo mismo. Tratando de buscar un poco de silencio dentro de tí. Si cuando tratas de estar sólo, sin ruido, sin celular, sin radio, escuchas una multiplicidad de pensamientos, ideas, angustias, voces internas, es porque las cosas no están bien dentro de tí. No debería ser así. No es tu estado natural, ideal. No tienes que conformarte con ello. Tu estado natural es el silencio. Tu estado natural es la tranquilidad. No eres un mar lleno de olas enormes. Deberías ser un lago tranquilo, como un espejo. No estás mal de la cabeza. No te preocupes. Sólo son las miles de sensaciones grabadas en tu alma, producto de tus vidas anteriores, que pulsionan, tratan de aflorar, y tu cerebro no logra descifrar o entender, porque no están conectados. Tu alma es infinitamente superior a la capacidad de tu cerebro. Tu alma funciona con windows 11 (2021) y tu cerebro funciona con windows 95. No se entienden y el cerebro no puede abrir los archivos que el alma le suministra. Eso es todo.